En el Luctu Al, el Lugar de la Roña y la Carroña, vivían los hijos de los que no habían ido: los hijos de los wudstocs, los rechazados, los fracasados, los monstruos, los que no habían podido embarcarse. En lo que la iglesia llamaba el Tiempo de la Locura, cuando muchedumbres enteras habían ansiado abandonar la Tierra para buscar un sueño en la negrura del cielo, no todos habían tenido suerte. Muchos se habían sometido a operaciones que les habían aguzado los sentidos, les había transformado el cuerpo, les habían alterado la mente. No todos tenían el dinero para pagarse las mejores atenciones, ni todos tenían la resistencia para aguantar las metamorfosis. Otros, simplemente, habían sido víctimas de estafadores que les habían quitado el dinero y los habían transformado en monstruos. Y a muchos la Ciudad del Cielo simplemente les había cerrado las puertas, porque eran demasiados. El Efecto Rastova, que había abaratado el costo de las transformaciones corporales y mentales necesarias para viajar a otros mundos, había inspirado un sueño de gloria a un sinfín de desplazados, hambreados y descastados que en cabañas de lata, cartón, paja o bambú veían por sus televisores las seductoras imágenes de propaganda que prometían una vida nueva en el cielo.
El Libro de la Tierra Negra
Carlos Gardini
1 comentario:
Andaa si hay otra entrada nueva... eso me pasa por entrar desde los comentarios... que solo veo la entrada y no la principal...
Yo me he pasado para dejar esto...
http://megustaescribir.com/elnombredelviento/eltemordeunhombresabio.pdf
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