Fotograma de la película Hannibal
Música proveniente del clavicémbalo de un rincón.
Sentado al instrumento, el doctor Lecter, en esmoquin.
El doctor alzó los ojos y, al verla contuvo el aliento. Sus manos también se detuvieron, abiertas sobre el teclado. Las notas del clavicémbalo apenas duran y, en el repentino silencio de la sala,
Starling pudo oírlo inspirar. Ante el fuego los esperaban dos copas. Lillet con una rodaja de naranja. El doctor se acercó a cogerlas y le tendió una.
—Aunque pudiera verte cada día, siempre recordaría este momento -le dijo él, mientras sus oscuros ojos la envolvían.
—¿Cuántas veces me ha visto, que yo no sepa?
—Sólo tres.
—Pero aquí...
—Esto está fuera de tiempo, y lo que haya podido ver mientras cuidaba de ti no compromete tu intimidad. Está guardado en el lugar que le corresponde, con las mediciones de tu temperatura y tu tensión arterial. Aunque tengo que confesarte que es un placer verte dormida. Eres muy hermosa, Clarice.
—El aspecto es un accidente, doctor Lecter.
—Si el atractivo fuera un premio a los merecimientos, seguirías siendo hermosa.
—Gracias.
—No me des las gracias.
Un movimiento imperceptible de la cabeza le bastó para expresar su incomodidad tan bien como si hubiera arrojado la copa al fuego.
—Lo he dicho como lo siento -aseguró Starling-. ¿Hubiera preferido que dijera ‘Me alegro de que me vea así’? Hubiera sido más original, e igual de cierto.
Starling se llevó la copa a los labios bajo su tranquila mirada de campesina, que no ocultaba nada.
En ese momento el doctor Lecter comprendió que, a pesar de todos sus conocimientos y su perspicacia, nunca sería capaz de predecir sus reacciones totalmente, o de poseerla por completo. Podía alimentar la oruga, podía susurrar a través de la crisálida, pero lo que surgiera después obedecería a su propia naturaleza y estaría fuera de su control. Se preguntó si llevaría la 45 en la pierna, bajo el vestido. Clarice Starling le sonrió, las esmeraldas captaron el resplandor de la chimenea y el monstruo, desarmado, se felicitó por su exquisito gusto y su astucia.
Hannibal
Thomas Harris
Thomas Harris
5 comentarios:
Otro final maldito en el cine...
¿Como iba a cortarse la mano? que estupidez... Lecter se queda con Clarice, pero para saber cómo tendras que leer :P
como ya sabes soy mono-tema-temporal y ahora me acuerdo de todos esos finales que no deberían ser...
^^
... a que peli corresponde?? no estoy segura de hablerla visoto... o igual si pero no me acuerdo de lo de la mano =(
El aspecto es un accidente
el aspecto es un accidente XD muy buena frase... y por cierto... ¿que narices es un clavicémbalo? voy a googlearlo ...
vale... es una especie de piano raro XD
jajaja un pianillo ><
La peli es Hannibal, continuación del Silencio de los Corderos pero con Julian Moore porque Jodie Foster no quiso, o algo asi... no la veas, leete el libro!!
vale... si que la e visto... que meten al tio en una jaula o no se que.... y al final se escapa y sale andando entre la gente no?... I remember...
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